CONCURSO TEATRO TORREPEROGIL
El reto del proyecto parte de un entorno necesitado de carácter e identidad, en definitiva, de sentido. En esta búsqueda es donde nuestro teatro nace, con la firme intención de compartir con todo aquel que lo habite su mirada y oido, su tacto, su olor…, como un miembro más que crece en su tierra y convive con sus habitantes.
Los objetivos a cumplir se centran en un edificio acorde a la arquitectura moderna, que se incorpore a la trama urbana de forma armónica. Se debe de asumir que en una arquitectura actual hay que atender a factores de sostenibilidad y eficiencia energética para su adecuación a las condiciones bioclimáticas del entorno, así como cumplir los requisitos de accesibilidad y crear un entorno inclusivo para los vecinos y visitantes, un espacio abierto a todos.
Desde su concepción, el proyecto busca la creación de hito, entendido como aquel que representaba D. Pero Xil y sus Torres Oscuras. La búsqueda del menor impacto y máximo aprovechamiento de la superficie de cubierta convertida en plaza nos permiten cumplir los objetivos planteados y propios. Para ello, se oculta parte del conjunto bajo cota 0, en zonas con necesidad de control lumínico artificial, creando las condiciones óptimas de eficiencia y ahorro energético, y preservando las vistas de edificaciones colindantes.
El hito principal, se sirve de un volumen facetado en abstracción de las Torres Oscuras, conectando las diferentes zonas del edificio así como el espacio verde del resto de la parcela y la plaza creada por la propia edificación.
En lo referente al entorno inmediato, si bien el contexto es primordial en cualquier proyecto arquitectónico, en el caso que nos ocupa, el espacio público adquiere un carácter esencial en el entendimiento del edificio y su función, aportando un espacio de reflexión y discernimiento que ayuda al espectador a tomar conocimiento de las inquietudes por las que se llega hasta él.
La sala escénica por su parte, dota la tan ansiada plaza superior, y el cuerpo volado sobre la estructura facetada en vidrio, aporta la sensación de flotabilidad en un mirador que demarca el municipio. El contrapunto lo pondremos en la plaza posterior a la edificación, conectada a la misma en la relación de espacio público duro-blando, y que dispondrá de las zonas ajardinadas necesarias para completar los requerimientos sostenibles del conjunto.
Por este motivo, la plaza integra y arropa parte de la edificación, haciendo de transmisora con la misma, mientras que a su vez, se subvierte a la necesidad de entidad, carácter y forma que reclama el edificio.
El espacio se destina a una plaza verde, creando recorridos peatonales, y siendo en su mayoría una zona ajardinada con diferentes especies de vegetación autóctona, requiriendo un mínimo de mantenimiento, además, hace de esta zona un espacio sostenible para el medio ambiente.